En el entorno escolar, uno de los mayores problemas que enfrentan tanto profesores como padres son los relacionados con la conducta de los niños, especialmente entre los más pequeños. Se trata de una situación compleja que puede presentarse por diversos factores y cuya consecuencia directa es una interferencia en el aprendizaje.
Entre los problemas de conducta más frecuentes se encuentran la agresividad, el desorden y las intervenciones que impiden el desarrollo normal de la clase y los malos tratos hacia los compañeros. Estos problemas se transforman en dificultades que perjudican el rendimiento académico del niño porque no le permiten concentrarse en el aula.
Cambio de hábitos y aplicación de reglas, posibles causas de las conductas erradas
¿Qué pasa cuando el niño entra a la escuela por primera vez? Debe empezar a convivir en un espacio diferente en el que las normas a las que estaba acostumbrado cambian. Ya no puede solo jugar el tiempo que quiera, sino que debe guardar silencio, escuchar al profesor, prestar atención a lo que este dice, ejecutar tareas y desarrollar actividades. A veces los problemas comienzan porque los niños no entienden estos cambios.
Para los niños es un desafío adaptarse al escenario escolar, seguir las normas que se les imponen y cumplir con lo que se les pide. Este reto los ayuda a potenciar sus habilidades y a descubrir su identidad, pero no siempre saben cómo hacerlo y pueden aparecer problemas de conducta. Algunos de ellos no logran controlar su comportamiento y tienen episodios frecuentes de rabietas y crisis de agresividad que no solo involucran a compañeros sino también a profesores. Todas estas actitudes pueden impedir el desarrollo normal de la convivencia en el aula y comprometer el desarrollo académico del niño en cuestión y de los demás alumnos.
Las claves para superar las dificultades
La familia desempeña una función clave en el desarrollo de los más pequeños desde la etapa preescolar hasta la etapa escolar. En este periodo los niños requieren la máxima atención de parte de los padres, en especial en lo que respecta a las conductas frente a ciertos estímulos. En esta nueva etapa es esencial la presencia, el monitoreo y el acompañamiento de los adultos, e incluso el refuerzo con clases a domicilio son elementos claves para superar estos inconvenientes.
Si la familia es capaz de ofrecer un espacio de afecto y comprensión, con comunicación y respeto, los niños podrán adaptarse mejor a las exigencias del nuevo medio en el que se desarrollan y de poner en práctica la capacidad de convivir con otros, tanto compañeros como profesores, y lograr un buen rendimiento académico.
Las clases a domicilio también pueden ser una buena alternativa como un método para acostumbrar a los niños al entorno educativo antes de que comiencen formalmente su educación. De esta manera se les puede apoyar en su proceso de adaptación para que su aprendizaje sea el más efectivo posible. Complete nuestro formulario de contacto para agendar una consultoría gratuita